(Nostalgia)
Una grieta de mi corazón,
Escapa.
Se escabulle por mis venas en dirección a mis manos,
Mi sangre le persigue.
Nostalgia,
Saudade.
Es la casa de mi juventud que me llora en sueños.
Su interior lamenta en llamas mi ausencia.
Los caminos que le rodean recogen sus lágrimas,
Así como la tierra mansa recoge la buena lluvia de mayo.
Saudade.
Se desprenden mis cuerdas.
Hace espacio sobre mi lengua para elevar versos suicidas sobre mi frente y mi presente.
Pero aunque sollocen sus paisajes,
Me despido de la decadente.
Quedarme seria el preludio a un posible arrepentimiento.
Le doy la espalda a su indecible gemido
Aunque su delirio secuestre mi niñez.
Saudade…
Nostalgia!
La vieja morada brama en las noches por ser recordada!
“no me olvides”
-Dicen sus pasillos,
“yo te vi crecer,
Merezco una habitación junto a tu memoria.”
Nostalgia…
Palabras de tristeza y abandono.
Palabras que quieren cavar en mis próximos pasos los pasos que ya di,
Aquellos pasos de poca firmeza que me obligaban a besar el suelo constantemente.
Haciendo que mí sangre mengue lejos de todo menester,
Cambiando sigilosamente lo que pudo haber sido hoy.
Forjando sobre mis hombros un futuro incierto
Habitado por dudas y preguntas que nunca formulé.
Una senda que tiembla como un baby al no ser amamantado
Dejando mis sentimientos en coma,
Eternizando mi cordura sobre la perpetua locura de mi infancia.
Niñera del origen de mis dolores.
Aquellos que le dan forma a mi presencia.
Aunque hoy,
Diga adiós siendo otro
Sea nostalgia
O sea saudade…
Digo adiós siendo otro.
Esa bendita Nostalgia que es tan necesaria para los poetas, esa misma que se apropia inclemente de nuestras almas como de nuestras letras, la que engalana su mirada con nuestros versos y alimenta su sed con nuestras quimeras...
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